La Magia del Tam Tam: Una Tradición de Camp Mákemáke
- colerj
- 3 sept
- 2 Min. de lectura
En Camp Mákemáke, tenemos una tradición que nos toca el corazón y aporta un toque de magia a cada mañana: el Tam Tam. Este ritual especial tiene sus raíces en Vanuatu, un lugar que guarda una conexión muy personal para nuestra directora del campamento, quien pasó allí algunos de sus años más formativos. El Tam Tam no es solo un objeto: es un símbolo de aventura, curiosidad y la alegría del descubrimiento, algo que nos encanta compartir con cada camper.
Así es como funciona: cada noche, el Tam Tam se esconde cuidadosamente en algún lugar del campamento. Su ubicación es un misterio, conocido solo por unos pocos, y depende de los campers levantarse con el sol y embarcarse en una búsqueda que se ha convertido en uno de los momentos más esperados del día. Con los ojos bien abiertos y el corazón latiendo rápido, los campers exploran el campamento, siguiendo pistas, su intuición y, a veces, un poco de suerte, en su misión por encontrarlo.
La recompensa por encontrar el Tam Tam es tan divertida como deseada: el camper afortunado—junto a sus compañeros de carpa—disfrutará de las comidas antes que los demás ese día. Pero el premio no es solo la comida; se trata de la gloria del Tam Tam, de la risa, la camaradería y el orgullo de ser parte de la búsqueda. Y, por supuesto, ninguna victoria está completa sin dejar constancia: los ganadores escriben su nombre en un muro especial del campamento, uniéndose a la larga lista de campers que han vivido esta emoción antes que ellos.
Sumando a la magia, incluso existe una canción del campamento dedicada al Tam Tam, que se canta con energía y alegría cada vez que se celebra un hallazgo. Es un pequeño ritual lleno de felicidad, pero que construye recuerdos, lazos y historias que los campers llevan consigo mucho después de dejar Mákemáke.
El Tam Tam encarna el espíritu de Camp Mákemáke: curiosidad, diversión y un sentido de maravilla. No es solo un juego; es una tradición que nos recuerda cada día que la aventura se puede encontrar en las cosas más simples y que la magia muchas veces se esconde donde menos la esperamos.
Así que, ya seas un camper por primera vez o un aventurero que regresa, mantén los ojos abiertos y el corazón listo: el Tam Tam podría estar esperándote mañana.

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